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Los Tardígrados: Sobrevivientes Extremos

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Preparación PolitécnicoJanuary 3, 2024

Tardígrados: Microorganismos resistentes que desempeñan roles ecológicos clave, tienen aplicaciones en medicina y son objetos de estudio científico en todo el mundo.

Un poco de historia

Los tardígrados, también conocidos como osos de agua, son organismos poco conocidos por la mayoría de las personas, pero resultan fascinantes para los científicos debido a sus singulares características individuales. En todo el mundo, se han identificado alrededor de 1,265 especies de tardígrados. En México, se han documentado desde 1911, pero solo se han publicado 16 trabajos científicos sobre ellos hasta la fecha, lo que refleja el escaso interés que han despertado en la comunidad científica del país. En México, existen 2 especies de tardígrados acuáticos, 16 especies marinas y 64 terrestres, representando solo el 6.3% de su diversidad global, que consta de más de 1,300 especies descritas en todo el mundo.

Los tardígrados fueron descubiertos en 1773 por el zoólogo Johann Goeze, quien los describió como criaturas de movimiento lento con una forma que se asemejaba a la de ositos, otorgándoles el nombre de "Kleine Wasser-Bären", que significa "osos de agua" en alemán. En 1774, Bonaventura Corti, un naturalista italiano, notó su capacidad de regeneración, pero no fue hasta 1776 que Lazzaro Spallanzani les dio el nombre de "tardígrados" debido a su movimiento lento.

¿Cómo son los tardígrados?

Los tardígrados son organismos diminutos, con cuerpos que varían de 50 a 1,200 µm de longitud. Su cuerpo se divide en cinco partes: una cabeza y un tronco que contiene cuatro pares de patas, generalmente equipadas con garras. A pesar de su tamaño, tienen sistemas y órganos musculares, digestivos y reproductivos, así como un cerebro relativamente grande en comparación con sus cuerpos diminutos. Los tardígrados pueden presentar una variedad de colores en su cuerpo, incluyendo blanco, café, amarillo, rojo, naranja, rosa y verde, aunque su coloración suele ser grisácea o transparente. Se reproducen sexualmente y por partenogénesis, son ovíparos y se alimentan de fluidos que se encuentran dentro de células animales o vegetales.

¿Cuál es su hábitat?

Los tardígrados se encuentran en diversas partes del mundo y habitan en ambientes semiacuáticos, como películas de agua que se encuentran en musgos, líquenes y algunas plantas con flores. También se hallan en las profundidades del océano, incluso a más de 100 metros de profundidad, así como en la arena y en algas en la zona de marea. Algunos se asocian con crustáceos, moluscos y otros organismos marinos. Son presa de ácaros, arácnidos, larvas de insectos, protozoarios, moluscos, lombrices de tierra e incluso otros tardígrados más grandes.

Criptobiosis

Una característica asombrosa de los tardígrados es su capacidad de sobrevivir en condiciones adversas, como la deshidratación, la congelación, la falta de oxígeno, los cambios de salinidad e incluso la radiación y el vacío del espacio. En estas condiciones, entran en un estado llamado criptobiosis, donde pueden permanecer durante años. Durante la criptobiosis, su anatomía se altera, su cuerpo se contrae y retrae la cabeza y las patas, adoptando una forma de barril. Su metabolismo, crecimiento, reproducción y envejecimiento se reducen o cesan temporalmente. Cuando las condiciones vuelven a ser favorables, regresan a su estado normal sin problemas. Por ejemplo, reemplazan el agua en sus células con una gelatina que mantiene la estructura de las proteínas, permitiendo su supervivencia.

Importancia

Los tardígrados desempeñan un papel ecológico importante como depredadores y reguladores de poblaciones de protozoarios y gusanos planos. También se utilizan como indicadores de la calidad del aire y del agua en estudios ambientales. Además, tienen aplicaciones en la medicina, ya que tienen la capacidad de reparar daños en su ADN, lo que podría tener implicaciones para corregir enfermedades en los seres humanos. El proyecto TARDIS, en colaboración con la Universidad de Kristianstad en Suecia y la Agencia Europea Espacial (ESA), se centra en estudiar la capacidad de los tardígrados para sobrevivir en condiciones espaciales. A pesar de estos avances, todavía queda mucho por descubrir y estudiar sobre estos microorganismos fascinantes e invertebrados.